domingo, 7 de marzo de 2010








La comida marina contribuye a su fama, la diversada y calidad de sus peces y mariscos. en la costa norte hay peces exquisitos como el mero, el ojo de uva, el dorado, el pez espada y el perico. en toda la costa encontramos apreciados peces blancos, como el lenguado y la corvina, y otras variedades como la cojinova, el bonito y el atun.




junto a la abundancia de pescados y mariscos, un elemento fundamental para el renombre de la comida es la buena mano de los cocineros.




Nos puede faltar cualquier condimento en nuestra cocina marina, pero no nos puede faltar el limón creado por la providencia especialmente para rociar a nuestras preparaciones oceánicas. Siempre lo ideal sería tener la propia mata en nuestro patio.



El mar, los ríos y los lagos
El Océano Pacífico surte con dispendio una variedad inimaginable de pescados y mariscos: corvinas, lenguados, chitas, bonitos, meros, langostas, pulpos, camarones, langostinos, conchas de pala, conchas negras, erizos y otras delicias marinas. Suman unas 700 las variedades de pescado (70 son de uso comercial común) y 400 los diversos tipos de mariscos. La riqueza y diversidad del mar peruano se asocia a la confluencia de dos corrientes marinas: la corriente de Humboldt, que arrastra las aguas frías provenientes del sur, y la de El Niño, que se origina en las cálidas aguas ecuatoriales.










Mencionemos el filet mignon de atun glaseado en salsa de miel de ajonjoli o el filete doble de pez espada con pimienta y vinagreta caliente de tomate y alcaparras.




En los ríos costeños la naturaleza es pródiga. Allí crecen unos camarones de inigualable sabor. Saben diferente al langostino de mar: es como si se nutriesen de la fuerza telúrica y de las piedras aferradas en los lechos de los ríos. Su coral impregna los platos (sean caldo, arroz o guiso) de una fuerza propia y las colas son como para chuparse los dedos. Los más famosos son los camarones de los valles de Majes y Ocoña, cerca de la ciudad de Arequipa, al sur del Perú, pero también los encontramos en otros valles, llegando hasta unos 200 kilómetros al norte de Lima. En los ríos y lagunas de la sierra es posible pescar truchas azules y rosadas, y en los ríos de la selva destacan colosales paiches, sábalos, palometas y dorados.




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